miércoles, 17 de octubre de 2007

Ley de igualdad ratificada hace doce años

Discapacitados con pocos espacios laborales

-Solamente 26% de discapacitados tienen trabajo estable
-Ley 7600 de igualdad de oportunidades sigue sin ser cumplida

José Alberto Navarro. mundoenllamas@gmail.com
En Costa Rica alrededor del 5.35% de la población tiene algún tipo de discapacidad, lo que equivale a casi 250 mil personas, de los cuales solamente el 26% tiene un empleo formal. El resto se dedica a la economía informal, a la mendicidad o incluso están distanciados de la participación social.

A pesar de que la ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad en Costa Rica, se firmó el 29 de mayo de 1996, las personas con discapacidad siguen enfrentándose a violaciones a sus derechos humanos.

La ex directora del Centro Nacional de Rehabilitación y Educación Especial (CNREE), Bárbara Holst, indicó que el hecho de que solo 26% de los discapacitados tengan empleo, demuestra que existe discriminación. Holst aseguró que esto se debe a que muchas personas adultas con discapacidad, no tuvieron una formación muy especializada, pues recibieron educación especial pero posteriormente no recibieron mayor formación vocacional.

“Estamos hablando de que se les limita el tipo de educación que pueden recibir y se les restringe en la cantidad de contenidos curriculares que reciben en su educación y por lo tanto están en desventaja” afirmó Holst.

Según datos del CNREE el 19% de esta población no tiene ningún tipo de estudio, el 39% cuenta con algún grado de primaria, el 12% cursó educación especial, el 16% tiene algún grado de secundaria, el 3% un nivel técnico y el 11% tiene estudios universitarios.

En el mundo, hay actualmente unos 386 millones de personas con discapacidad en edad de trabajar. Tienen el potencial necesario para incorporarse a la fuerza de trabajo como empleados, trabajadores independientes o empresarios.

Datos de la OIT, revelan que el promedio de desempleo de personas discapacitadas en países en vías de desarrollo es del 80%, aunque desean y tienen la capacidad de trabajar. Esto se debe a que muchos empleadores creen que las personas con discapacidad no están preparadas para el trabajo.

El periodista de la Caja Costarricense de Seguro Social, Roberto Sancho, quien tiene una discapacidad visual llamada retinosis pigmentaria, dijo que él cree que en Costa Rica las instituciones de apoyo u oficinas de colocación se trabaja con un esquema viejo, en el que la persona con discapacidad acude solicitando ayuda para conseguir empleo.

“Lo que hacen es acudir a empresas donde no necesitan más empleados, donde más bien están despidiendo, a ofrecer un trabajador más y con discapacidad. Y entonces muchas veces apelan a la solidaridad mal entendida, sinónimo de lástima y por eso es que no tienen buenos resultados” asegura el comunicador.

Sancho añade que en otros países, lo que se hace es que las instituciones recopilan el perfil de las personas discapacitadas que buscan empleo, y las comparan con los requisitos que las empresas están buscando, entonces cuando estos requerimientos se cumplen se les ofrece a las empresas el posible candidato.

Otras razones, como se señalaba anteriormente son que, en muchas ocasiones las personas con discapacidad no han tenido un adecuado acceso a la educación y a la formación profesional, o que la legislación y las políticas no facilitan su incorporación al empleo.

Joanne Fuentes labora como Web master en la Unidad de Información y Tecnología de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Ella depende de su silla de ruedas para desplazarse. Según cuenta, en su experiencia personal, acceder a la posibilidad de estudiar, fue todo un reto. “En ese entonces había que luchar sin ley 7600, había que hacer valer tus derechos, por que te dieran igualdad de oportunidades, que si ocupabas más tiempo en un examen que te lo alarguen, pero eso era un pelea que había que dar en el Ministerio de Educación”.

Para Fuentes estudiar en un colegio significó soportar muchos obstáculos de distintas índoles, como arquitectónica e inclusive por parte de las autoridades de la institución.

“Pretendían que me dieran clases por tutoría algún profesor que fuera a mi casa o en otro lugar sin que yo tuviera que ir al colegio, pagando el todo el colegio, eso es un colmo, simple y sencillamente garanticen las rampas por donde debe ser por los lugares donde pueda subir y ya, es como segregar y separar a lo que tendrías derecho a participar como cualquier otra persona”.


Ley de Igualdad

La ley de igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad fue aprobada el 29 de mayo de 1996. Entre los objetivos más importantes de esta ley se destacan el servir como instrumento a las personas con discapacidad para que alcancen su máximo desarrollo, su plena participación social, así como el ejercicio de los derechos y deberes establecidos en nuestro sistema jurídico.

Además busca garantizar la igualdad de oportunidades para la población costarricense en ámbitos como: salud, educación, trabajo, vida familiar, recreación, deportes, cultura y todos los demás ámbitos establecidos, así como eliminar cualquier tipo de discriminación hacia las personas con discapacidad.

También busca establecer las bases legales que el estado debe cumplir, como velar por incluir planes políticas o programas que tomen en consideración a la población con discapacidad. Además adecuar el entorno, los bienes y servicios para que sean accesibles.

Sin embargo doce años después de firmada esta ley la realidad es que no se cumple en la mayoría de los casos. Muchos edificios, o servicios como el transporte público no cuentan con las adecuaciones necesarias.

“Si tenés que irte en un bus, tenés que esperar cuatro o cinco buses que hayan pasado de tu misma ruta para encontrar uno que tenga rampa y ojala que la tenga buena”, comentó Joanne Fuentes.

De igual forma, el estudiante de sociología y controlista y locutor de Radio U de la Universidad de Costa Rica, Esteban Chaverri, quien también padece de retinosis pigmentaria, mencionó que las marías de los taxis todavía no cuentan con un sistema parlante que indique el monto en colones.

“Todavía muchos chóferes no llevan a compañeras o compañeros con perro guía o les cobran doble pasaje. Menos del 10% de los buses cuentan con rampas eléctricas para sillas de ruedas y las paradas son inaccesibles para las mismas”, criticó Chaverri. ¾

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